ferro tiene toda la razon es un sello o bula de epoca romana.
Hacia 4000 a. C., en Mesopotamia, los sellos cilíndricos pueden imprimir en la arcilla fresca un motivo en relieve, a menudo refinado, lo que garantiza la identidad de la persona que ha realizado un documento o ha cerrado un recipiente.
En el Antiguo Egipto también se utilizan sellos, siempre en arcilla, sobre papiros o en las tumbas.
Los sellos de plomo aparecen en el siglo IV y los de cera de abejas en el siglo XII.
En la Edad Media, el sello, además de garantizar la confidencialidad de un mensaje, también da fe de su autenticidad. Estaba constituido por un sello de cera impreso por un tampón con un motivo demasiado complicado para ser reproducido con certeza. Cada ciudad tenía su sello. El sello también designaba igualmente al sistema que ha permitido la realización de la estampación, que es el tampón.
En el siglo XIX, los sellos se utilizaban principalmente para asegurar la carga y las mercancías a base de alambres de hierros retorcidos.
Por razón de su materia los sellos pueden ser de oro, plata, bronce, plomo, cera, maltha (pasta de arcilla, pez y grasa o cera), creta asiática (tierra arcillosa), lacre o cera hispánica, oblea y por fin de tinta o estampación y en seco o en el papel limpio.
La cera fue empleada ya por los asirios, los egipcios, los hebreos, los fenicios y otros pueblos de la antigüedad. Para sellar, se imprimía sobre la cera adherida al documento la piedra grabada, engarzada en un anillo, costumbre que duró hasta muy adentrado el siglo VIII y se hizo extensiva a toda suerte de personas sin distinción de clase. De ahí, el gran número de piedras grabadas que han llegado hasta nuestros días. Respecto al color de la cera, cada monarca tenía el suyo especial:
los emperadores de Oriente y algunos de Alemania usaban cera roja.
los reyes de España, cera roja o blanca
los reyes de Francia, desde el siglo XIII, cera verde
desde el siglo XIII adoptaron los cardenales la cera encarnada.
Muy antiguos son los sellos de plomo conservándose algunos pertenecientes a Trajano y otros emperadores romanos. Desde el siglo VI, se hicieron principalmente propios de los papas. Estos sellos siempre pendientes y circulares llevaban en el anverso la cabeza de los Santos Pedro y Pablo y en el reverso la cruz con el nombre del pontífice. En España, comenzó a usar sellos de plomo don Alfonso VIII de Castilla.
La oblea data del siglo XVI y se usaba humedecida y aplicada al documento con papel encima, sobre le cual se imprime el cuño. El lacre se aplica fundido y viene usándose desde el siglo XVII. Los sellos en seco y los de estampación se emplean desde el siglo XVIII. Los metálicos y los de materia arcillosa se conocieron ya por lo menos en la civilización romana. Los de cera más o menos pura constan desde el siglo VII que son los más antiguos que se conservan de esta clase y desde el XII reciben diferentes colores prevaleciendo el amarillo. Los sellos pendientes de cera (pues los metálicos siempre son pendientes) empiezan en el siglo XI y en España a mediados del siglo XII y frecuentemente se hallan de color rojo ya en su totalidad ya en una capa de la superficie desde el siglo XIII.
SALU2.