Bonita medalla hay va un poquito de historia :
Durante el siglo X la pequeña villa comienza a consolidarse como un emergente centro demográfico, administrativo y de intercambio. En los siglos posteriores, XI y XII, se produce un importante desarrollo urbanístico. En este período, gracias a su carácter de santuario de las peregrinaciones, su control comercial sobre las tierras del litoral y las numerosas construcciones llevadas a cabo bajo el mandato de los obispos, la villa consolida su expansión y su dominio. En los albores del siglo XII, en la cumbre de este esplendor religioso, político y cultural, comienza la construcción de la nave central de la catedral. También en este período el obispo Xelmírez, mientras impulsa ferozmente el desarrollo urbanístico, consigue de Roma la Silla Episcopal.
Desde estos siglos hasta finales del XVIII la ciudad-santuario fue escogida como lugar de residencia de la nobleza y de las principales órdenes religiosas, además de convertirse, con Roma y Jerusalén, en el centro de peregrinación más importante de occidente.
A principios del siglo XVI se crea la Universidad, patrocinada por el fuerte poder eclesiástico. En este siglo la reforma protestante y la peste que azota Europa debilitan no sólo a las peregrinaciones sino también el desarrollo de la ciudad.
En el siglo XVIII la actividad económica inicia un traslado progresivo hacia el litoral atlántico, de manera que las villas del interior van perdiendo el control de esta vigorosa fuente de ingresos. Por el contrario, las tierras del litoral asimilaron el mando del comercio. Desde esta época hasta el siglo XX las actividades más importantes de Santiago son la universitaria, la religiosa y la sanitaria.
A partir de los años 60, gracias al incremento considerable de la población estudiantil y la creación del Hospital General de Galicia, la ciudad comienza a recuperar su antigua prosperidad. Años más tarde se convierte en capital política y administrativa de la Comunidad Autonómica de Galicia. Una vez iniciado este resurgir y hasta nuestros días, en los albores del siglo XXI, Compostela emerge como centro cultural de Galicia y símbolo de la unidad para todos sus habitantes. En el ámbito urbanístico además de cuidar su fascinante zona vieja, la ciudad ya cuenta con una infraestructura y arquitectura propias de cualquier capital europea. Las modernas construcciones (Auditorio, Centro Gallego de Arte Contemporáneo, Palacio de Congresos, teatros...) han sido acertadamente ideados para difundir y asimilar la cultura del nuevo milenio.
En el año 1993 (Año Santo) la villa acogió cerca de siete millones de turistas, proponiendo las mejores ofertas culturales del momento. Los datos contrastados por la Oficina de Turismo y las fuerzas de seguridad revelan que en 1999 el número de visitantes fue de once millones, con lo que se logró superar notablemente todas las previsiones hechas hasta entonces. Según los organismos de Cultura, los actos principales del Xacobeo fueron seguidos por 400 millones de espectadores. Hoy, en el 2000, Santiago comparte con otras ciudades europeas la capital cultural. El programa de actividades que se desarrollará durante este año es ambicioso, enriquecedor y muy atractivo. Con el final del último Año Santo del milenio, 1999, se cerró la Puerta Santa, pero la ciudad sigue abierta, expandiéndose como una lluvia de estrellas.
La historia de Santiago de Compostela es la historia de un camino, de un camino de ceniza y semilla. El peregrino origina una simbiosis entre presente y pasado, tradición y modernidad. El recogimiento y la intimidad del que transita irradian universalidad.
Desde el siglo IX hasta nuestros días la peregrinación a Compostela se consolidó como una de las rutas más importantes del cristianismo. De los lugares más recónditos del continente europeo parten miles de peregrinos ventureros.
En el siglo XI quedó fijado el camino principal hacia Santiago. Hasta entonces existían diferentes rutas llenas de peligros, los robos, las enfermedades e incluso los asesinatos eran asiduos compañeros de los peregrinos.