BUSQUEDA EN EL CAMPO (1)
Todos los que estamos metidos en este hobby desde hace algún tiempo, tenemos una experiencia adquirida que debemos transmitir a los aficionados que se acaban de iniciar en el tema. La principal es a nuestro juicio, la ética y la responsabilidad que ha de asumir un buen detectoaficionado.
De unos años a esta parte, son muchas las cosas que han cambiado para el detectoaficionado y su hobby en nuestro país en cuanto a la búsqueda en el campo.
Tal vez, si eres novato en esta afición y desconoces la legislación al respecto, puedas pensar que el objetivo de un detectoaficionado es la búsqueda de objetos arqueológicos y que la mejor forma o la más fácil de localizar "buenos blancos", es acercarse a algún yacimiento arqueológico conocido y dar unas pasaditas con el detector por las inmediaciones. Gran error. Por si aún no lo sabes, en España el realizar cualquier tipo de prospección arqueológica sin autorización administrativa previa, está totalmente prohibido por la vigente Ley de Patrimonio Histórico de 1985 y las legislaciones autonómicas correspondientes. Es un delito que puede (y debe) ser sancionado con multas de elevada cuantía y penas de cárcel.
Así que antes de nada, deberíamos informarnos en el Boletín Oficial de nuestra Comunidad si el lugar donde pretendemos detectar está declarado como Zona Arqueológica o zona BIC para así poder evitarlo y no meternos en líos (podéis consultar también esta página:
http://web.archive.org/web/20060602101724/http://www.mcu.es/bbaa/index.html que aunque creo que no es completa, trae bastante información al respecto).
El problema no acaba aquí, ya que es también un error extendido entre incluso detectoaficionados veteranos, pensar que con evitar detectar en yacimientos arqueológicos, ya se está cumpliendo la ley. Las últimas disposiciones legales de varias Comunidades Autónomas, establecen que no sólo es un delito la prospección en zonas arqueológicas, sino también la búsqueda de objetos arqueológicos sin autorización, se realice ésta con o sin detector y dentro o fuera de zonas arqueológicas.
Es por ello que el detectoaficionado debe mentalizarse que su objetivo nunca puede ni debe centrarse en localizar este tipo de objetos mientras la legislación al respecto no varíe. Esto hace que tengamos que tener claro el enfoque de nuestra actividad, que no debe ser otro que la emoción de la búsqueda en si misma, asumiendo la responsabilidad ímplicita que supone esta actividad.
Bajo nuestro punto de vista, esto no impide que la detectoafición "de campo" no pueda ni deba regularse ofreciendo un marco que permita una detección responsable y controlada que no suponga daño alguno para nuestro patrimonio, sino todo lo contrario.
Que ello es posible, ya se han encargado de demostrarlo repetidamente nuestros homólogos británicos.
Por otra parte quisieramos recordar que el hallazgo casual de piezas antiguas susceptibles de ser estudiadas con metodología arqueológica (con o sin detector) debe ser comunicado a los organismos de la Administración correspondientes (Consejerías de Cultura, Ayuntamientos, Guardia Civil, Museos...).
Nota Importante: Os vamos a dar un buen consejo: Cuando entreguéis una pieza hallada casualmente, exigid un recibo donde se detalle con la mayor exactitud posible qué es lo que entregáis, a quién y dónde fue hallado.
BUSQUEDA EN EL CAMPO (y 2)
Muchos detectoaficionados, al igual que otras personas que no lo son, sienten una auténtica pasión por la Historia, geografía, numismática y muchas otras materias relacionadas, lo cual les hace acumular información, bibliografía y conocimientos ingentes en estos temas. Tan sólo el hallazgo casual de una pequeña moneda hace nacer un interés en el aficionado acerca de su época, dónde fue acuñada, su procedencia, su historia...
Es esta pasión por la historia lo que hace que muchos detectoaficionados pasen horas y días de su tiempo libre acumulando una ingente documentación bibliográfica investigando en bibliotecas, en internet, charlando con los habitantes más ancianos de una zona...
Prácticamente en cualquier campo de cultivo de nuestra geografía es factible encontrar blancos metálicos, ya que a lo largo del tiempo la gente que ha habitado esas zonas ha ido perdiendo o abandonando objetos de diversa índole. Evidentemente a nuestro modesto entender, esto no supone que estos objetos hayan de pertenecer necesariamente a un yacimiento, ya que la mayoría están descontextualizados. Si así fuera, la totalidad de la Península Ibérica debería ser considerada como un gigantesco yacimiento arqueológico (tal y como como algunos "iluminados" pretenden), ya que prácticamente en todas partes aparecen piezas metálicas de mayor o menor antigüedad.
Eso no excluye de la obligatoriedad de entregar los hallazgos casuales susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica a los organismos pertinentes y es el motivo por el cual la detectoafición debe ser regulada y practicada con responsabilidad por parte de los aficionados.
Modalidades de búsqueda en el campo:
1) Competiciones: Estas actividades, normalmente son organizadas periódicamente por los clubes o asociaciones y en ellas se delimita una zona en la cual se han enterrado previamente por los organizadores una serie de blancos metálicos. Estos blancos, suelen ser chapas metálicas con un número impreso. Al final del tiempo establecido para la detección cada buscador entrega las chapas que ha encontrado y recibe el premio que esté asociado a cada una de las chapas.
2) Descontaminaciones: Estas actividades cada vez reciben mayor apoyo por parte de los aficionados y por parte de la Administración (consejerias de medio ambiente, ayuntamientos), ya que consisten en "limpiar" de elementos metálicos contaminantes una determinada zona con la ayuda desinterasada de los detectoaficionados y de sus detectores de metales. De otro modo sería imposible eliminar estos elementos metálicos contaminantes enterrados en el suelo. Los resultados son realmente buenos y cada vez más ayuntamientos se muestran receptivos a colaborar en este tipo de actividades totalmente altruistas.
3) Recuperación de objetos perdidos: No son pocas las ocasiones en que se requiere la colaboración de los detectoaficionados para recuperar objetos perdidos por sus legítimos dueños en el campo. Herramientas, conducciones de agua, cables, aperos de labranza, objetos de uso personal, etc. son objetos que pueden ser localizados con relativa facilidad con la ayuda de un detector de metales.
Resumiendo: La detectoafición en el campo actualmente está muy limitada por la legislación vigente y por ello se ha de ser extremadamente responsable para no infringirla.
NO BUSQUES OBJETOS ARQUEOLOGICOS CON TU DETECTOR, ESTÁ PROHIBIDO.
SI CASUALMENTE ENCUENTRAS ALGUNO, ENTREGALO A LOS ORGANISMOS DE LA ADMINISTRACIÓN OPORTUNOS (bien sea directamente o a través de tu asociación).
Con una actitud responsable en el campo se puede conseguir que el futuro de nuestra afición mejore.
Queríamos haceros una reflexión más: ¿Os habéis parado alguna vez a pensar en la gran cantidad de enfrentamientos bélicos y escaramuzas varias que han tenido lugar a lo largo de la historia en nuestro país?. ¿Os habéis parado a pensar en la enorme cantidad de material de todo tipo que puede aparecer en un antiguo campo de batalla? Pensad por ello en la gran cantidad de explosivos AÚN ACTIVOS provenientes principalmente de la Guerra Civil Española y de maniobras militares que todavía están repartidos por nuestros campos.
De hecho, hay detectoaficionados cuyo principal interés se centra en localizar este tipo de material (es obvio que esta actividad no es nada recomendable para quien no sea un experto en el tema). Y por supuesto, recordad que la localización de restos o artefactos explosivos que pudieran suponer algún riesgo, debe ser comunicada a las autoridades para que procedan a su inutilización. NO HAY QUE MANIPULAR NINGÚN OBJETO SOSPECHOSO, ya que aún después de varias décadas, si se trata de un artefacto explosivo, su potencial destructivo puede estar intacto.